Lima es una ciudad húmeda y saturada de alérgenos invisibles, advierte especialista.
Salud en Casa.- Mientras Lima afronta uno de los climas más fríos y húmedos de los últimos años y el impacto del clima no solo se siente en la piel, sino también en la capacidad de respirar. Según el Senamhi, las condiciones actuales de la capital —cielos cubiertos, lloviznas intermitentes, y niveles de humedad que alcanzan hasta el 100 % en algunas zonas— han convertido a Lima en un caldo de cultivo perfecto para enfermedades respiratorias y crisis alérgicas, muchas veces subestimadas.
Pero, ¿qué tanto influye realmente el entorno doméstico en nuestra salud nasal? Y más importante aún: ¿cómo afecta esto a los niños, que suelen ser los más vulnerables?
LIMA: UNA CIUDAD HÚMEDA QUE RESPIRA ALÉRGENOS
Aunque se suele hablar del frío como el principal desencadenante de enfermedades invernales, los especialistas advierten que son el alto nivel de humedad y el polvo acumulado los verdaderos responsables del aumento de casos de rinitis alérgica, congestión nasal y asma estacional. La humedad persistente favorece la proliferación de ácaros, moho y otros alérgenos, especialmente en hogares mal ventilados o con superficies tapizadas.
“Muchas veces creemos que estamos resfriados, pero en realidad estamos expuestos a un ambiente saturado de alérgenos invisibles. En Lima, esto se agrava porque tenemos una humedad altísima casi todo el año, incluso más en invierno”, advierte el Dr. Carlos Aliaga, médico internista de Lukoll.
Distritos como San Borja, Jesús María o San Miguel —según datos del Senamhi— presentan altísimos niveles de humedad ambiental, lo que, sumado al uso de ropa pesada sin ventilar, alfombras y peluches, crea un ecosistema ideal para la irritación nasal. Además, la contaminación del aire en la capital también aporta partículas en suspensión que afectan las vías respiratorias.
NIÑOS: LOS MÁS AFECTADOS POR EL POLVO Y LA HUMEDAD EN CASA
En esta temporada, muchos padres acuden a los centros médicos confundiendo los síntomas de sus hijos con un resfriado mal curado. Pero detrás de una congestión nasal que se repite por semanas puede haber una rinitis alérgica no diagnosticada. “El 70% de los niños que vienen con síntomas persistentes no tienen una infección viral, sino una alergia ambiental”, explica el especialista.
El problema, según el Dr. Aliaga, los niños están más expuestos que los adultos: juegan en el piso, se tapan con mantas guardadas por meses, abrazan peluches y conviven con muebles tapizados donde viven ácaros y esporas de moho. Todo esto ocurre muchas veces sin una ventilación adecuada o sin limpieza profunda.
Ante esta exposición constante, algunos especialistas también recomiendan el uso de barreras nasales naturales que ayudan a bloquear físicamente el ingreso de alérgenos en la mucosa nasal. En el caso de los más pequeños, productos como Nasaval Allergy, formulado a base de celulosa, pueden actuar como una especie de “escudo invisible” que reduce el contacto con polvo, moho o ácaros sin efectos secundarios ni somnolencia.
En tiempos en los que el frío parece ser el único enemigo visible, Lima recuerda que sus mayores riesgos respiratorios muchas veces no están en la calle, sino también dentro de casa. La humedad silenciosa, el polvo acumulado y la falta de ventilación son factores que pueden complicar la salud de niños y adultos sin previo aviso.
Es por ello que se aconseja prevenir este tipo de alergias y afecciones desde el entorno doméstico, identificando los desencadenantes y tomando medidas concretas que reduzcan la exposición constante a los alérgenos del invierno limeño.
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