Casi 9 de cada 10 mujeres reveló haber atravesado por una situación de violencia de género, según el Índice de Concientización de la Lucha Contra la Violencia Contra Mujeres y Niñas.
Salud en Casa.- El Día Internacional de la Eliminación de la Violencia contra la Mujer (25N), es una fecha que recuerda la tarea pendiente de la sociedad con la visibilización de las agresiones que enfrentan las mujeres alrededor del mundo. Según el Índice de Concientización de la Lucha Contra la Violencia Contra Mujeres y Niñas de Fundación Instituto Natura, casi 9 de cada 10 mujeres reveló haber atravesado por una situación de violencia de género en sus vidas, lo que reafirma la urgencia por reconocer esta problemática estructural.
Además, en Perú, solo el 20 % de personas está altamente concientizado y una de cada tres mujeres no identifica como violencia situaciones que vivió en su día a día, según el índice. Frente a esta realidad, la campaña “Llámala por su nombre”, de Avon y Fundación Instituto Natura, invita a identificar/nombrar correctamente las diferentes formas de violencia que pasan desapercibidas, y colocar en conversación esta problemática durante todo noviembre.
Jaira Alencastre, jefa de Fundación Instituto Natura, destaca: La violencia no siempre deja marcas visibles. También puede manifestarse de manera silenciosa a través de gestos, actitudes o palabras. Por eso el primer paso es identificarlas: reconocer esas señales que muchas veces pasan inadvertidas bajo la idea de “así se demuestra el amor o el cuidado”, y que terminan normalizando una situación de agresión peligrosa.
Además, Alencastre agregó que,“El Índice de Concientización en este sentido refleja la necesidad de reforzar el conocimiento sobre los tipos de violencia, ya que una de cada tres mujeres no identifica como violencia situaciones que vivió en su día a día”.
Por ello, la especialista destaca 5 tipos de violencia que han sido normalizadas en la sociedad y que es necesario conocerlas para eliminarlas:
- Violencia física: se trata de realizar o intentar causar daño corporal, ya sea con golpes, empujones, quemaduras, o actos que pongan en riesgo su salud. Algunas evidencias de esta forma de violencia son: agredir físicamente a una mujer en cualquier contexto, y por el motivo que sea; dañar la propiedad u objetos ante alguna discusión.
- Violencia sexual: incluye la coacción o imposición en actos sexuales, especialmente cuando involucran fuerza, manipulación o desigualdad de poder. Por ejemplo: tener el control sobre qué método anticonceptivo debe usar la mujer, retirar el preservativo sin el consentimiento de la pareja, insistencia a pesar del rechazo y el “no”.
- Violencia económica o patrimonial: busca la dependencia financiera al impedir que la mujer acceda a sus bienes, recursos y documentos, incluso evitando que trabaje o estudie. Algunos casos son controlar los gastos personales, incumplir con la pensión alimenticia, prohibir que una mujer trabaje o abandone su carrera para ocuparse del hogar.
- Violencia simbólica o moral: reproducir estereotipos de género, roles que subordinan a la mujer, mensajes culturales que aceptan el dominio masculino. Etiquetar a las mujeres de arrogantes o histéricas, juzgar su forma de vestir o afirmar que por ser del “género femenino” no pueden realizar ciertas acciones, como valerse por sí mismas o viajar solas, son algunos ejemplos.
- Violencia psicológica o emocional: consta de acciones u omisiones dirigidas a degradar, amenazar o controlar el comportamiento o las decisiones de una mujer. Esto se puede ver reflejado en acciones como: decir cómo una chica tiene que vestirse, mirar sus mensajes del celular o interrumpirla o corregirla en todo momento, práctica conocida como mansplaining.
“Visibilizar estas formas de violencia es una responsabilidad colectiva. No basta con identificarlas: también debemos acompañar, escuchar sin juzgar y abrir espacios de conversación que promuevan empatía hacia las mujeres que enfrentan estas situaciones. Entendiendo que cada historia merece ser atendida con comprensión, sin señalamientos”, finaliza Alencastre.
Cada vez que una mujer identifica, denuncia o acompaña a otra, se rompe una cadena de silencio y miedo. El cambio empieza con un acto simple pero poderoso: llamar la violencia por su nombre y no mirar hacia otro lado. Con ello, se busca que las personas no miren a otro lado cuando vean las señales, sino que nombre las diferentes agresiones por lo que son: situaciones graves que vulneran los derechos humanos.
Cómo buscar ayuda
Cuando llamamos a la violencia por su nombre, el siguiente paso es actuar. Si tú o alguien que conoces atraviesa una situación de violencia, no estás sola.
Para buscar orientación y acompañamiento gratuito, puedes comunicarte con:
● La Línea 100, disponible las 24 horas del día, durante todo el año.
● El Chat 100, con atención confidencial y en tiempo real. Puedes entrar a https://chat100.warminan.
● Centros de Emergencia Mujer (CEM): ofrecen atención psicológica, social y legal gratuita en todo el país.
Para denunciar casos de violencia en curso o solicitar intervención inmediata, comunícate con la Línea 105 de la Policía Nacional del Perú.


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