Salud en Casa.- En diciembre las mesas peruanas se llenan de recetas cargadas de historia y emociones. Sin embargo, la celebración también impulsa excesos que pueden pasar factura. Para la médico María Isabel Vera Talledo, docente y experta en nutrición de la Universidad de Piura, mantener el equilibrio en nuestra alimentación no implica restar alegría: se trata de planificar mejor y reformular costumbres sin perder identidad.
La especialista recuerda que las
celebraciones navideñas suelen inclinarnos hacia comidas con muchas calorías,
pero que pueden controlarse. “La carga simbólica de los alimentos en las
reuniones, suele favorecer los excesos, pero en el hogar es posible revertir
esta tendencia mediante una planificación adecuada”, explica. La clave está
en involucrar a la familia para acordar menús más equilibrados y moderados.
Un primer paso consiste en
ajustar preparaciones tradicionales sin sacrificar sabor. El pavo puede
hornearse con hierbas aromáticas en vez de grasas adicionales, la ensalada rusa
admite sustituciones con yogur, y el clásico arroz árabe puede prepararse con
menos azúcar y mayor presencia de frutos secos naturales. Para la docente,
estos pequeños cambios suman: evitar la piel del pavo o usar ingredientes
frescos reduce calorías sin alterar la esencia del plato.
Disminuir los procesados en Fiestas
Vera también destaca que el país ofrece alternativas locales que permiten disminuir el consumo de los alimentos procesados: menestras, granos andinos y pescados son opciones que enriquecen nutricionalmente la mesa navideña y fortalecen la identidad culinaria. “Aportan fibra, proteínas de calidad y micronutrientes, al tiempo que reducen el uso de embutidos o alimentos ultraprocesados”, sostiene.
En Lima, donde el acceso a
pescados y frutas de estación es amplio, reemplazar el arroz navideño por
quinua o arroz integral puede marcar la diferencia. En el norte peruano,
ingredientes como mango, limón, plátano bellaco, y zarandaja entre otros,
permiten elaborar alternativas saludables sin perder sabor. El panetón no está
prohibido, pero sí debe moderarse las porciones: una tajada pequeña es
suficiente. Para zonas de clima cálido, una opción sensata es sustituir el
chocolate caliente por emoliente frío, infusiones o versiones bajas en
calorías.
La educación alimentaria tiene un
rol central durante un mes repleto de tentaciones. “Enseñemos a los niños a
reconocer el hambre y la saciedad, a elegir alimentos saludables y relacionarse
con la comida sin culpa ni excesos”, aconseja la experta. Finalmente,
recuerda algunas pautas clave: evitar llegar con hambre extrema a la cena,
incluir una entrada vegetal como una ensalada verde, moderar porciones,
mantenerse hidratado y realizar actividad física ligera. Al final, celebrar con
equilibrio no solo es posible: puede convertirse en la nueva tradición
familiar.


0 comentarios:
Publicar un comentario