Salud en Casa.- Las enfermedades respiratorias pueden presentarse en cualquier momento del año, especialmente cuando experimentamos cambios de estación. Afecta a personas de todas las edades, sobre todo a niños, adultos mayores y personas con enfermedades respiratorias crónicas. Síntomas como tos exigente, fiebre o dificultad para respirar deben ser atendidos con rapidez, ya que reconocerlos desde el inicio es clave para evitar complicaciones y proteger la salud.
“Durante la temporada de cambio de clima es fundamental reconocer los síntomas a tiempo y reforzar las medidas de prevención, como la vacunación y la higiene respiratoria. De esta manera, podemos evitar complicaciones que afecten la salud de los más pequeños y de los adultos mayores que son los más vulnerables y pueden presentar mayores complicaciones de no atenderlo a tiempo con un especialista”, señala el Dr. Dr. José Laca, neumólogo de SANNA Clínica San Borja.
Según el especialista, entre las afecciones respiratorias más comunes se encuentran:
Resfriado común: Infección viral leve que afecta nariz y garganta. Sus síntomas incluyen estornudos, congestión nasal, dolor de garganta, tos leve y malestar general. Suele durar entre 5 días aproximadamente.
Gripe o influenza: Enfermedad viral más intensa que el resfriado, con fiebre alta, escalofríos, dolores musculares, tos seca, congestión nasal, sensación de agitación y malestar general. La vacunación anual contra la influenza es clave para reducir complicaciones.
Faringitis: Inflamación de la garganta causada más frecuentemente por virus. Se manifiesta con dolor al deglutir, enrojecimiento de garganta, fiebre y ganglios inflamados.
Bronquitis: Inflamación de los bronquios que provoca tos con expectoración, dolor en el pecho, silbidos al respirar y cansancio. Puede ser aguda (temporal) o crónica (relacionada al tabaquismo o exposición a contaminantes ambientales).
Neumonía: Infección pulmonar que puede ser grave, sobre todo en niños, adultos mayores y personas con enfermedades crónicas. Produce fiebre, tos con flema, dificultad para respirar y dolor en el pecho. En algunos casos, requiere hospitalización.
La mejor forma de protección es la prevención: vacunarse contra la influenza y neumococo como lo recomienda el Ministerio de Salud, mantener una buena higiene respiratoria como cubrirse al toser, lavarse las manos, ventilar los espacios cerrados, así como evitar el humo y la exposición a contaminantes, mantener una dieta equilibrada, descanso adecuado y actividad física, ante síntomas persistentes o graves en lugar de automedicarse debe acudir al médico.
En SANNA contamos con centros de vacunación autorizados por el Ministerio de Salud y especialistas preparados para atender a pacientes de todas las edades. Cuidar la salud respiratoria no solo significa tratar una enfermedad cuando aparece, sino anticiparse para vivir con bienestar en cada estación del año.

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