martes, 11 de junio de 2013

Según el psicoanalista Fernando Maestre, no es lo mismo ser un hincha entusiasta, que ser un fanático del fútbol, pues el comportamiento en ambos casos es muy distinto.

RPP Noticias.- Fuera de las emociones que puedan causar una victoria o una derrota, la afición al fútbol puede aportar una serie de beneficios a la salud mental de algunos hinchas. Recientes estudios han comprobado que la afición al deporte rey puede mejorar las habilidades del lenguaje cuando se trata de debatir sobre él.
 
“En este debate se forman grupos de amigos, mesas de conversación e intercambio de ideas que pueden remediar un conflicto”, indicó a RPP Noticas el psicoanalista Fernando Maestre.
 
Para el también conductor de Era Tabú, el beneficio es aún mayor cuando los hinchas optan seguir los partidos por las ondas radiales, donde la imaginación, resulta un buen ejercicio para mantener la mente en forma, frente a enfermedades degenerativas cerebrales como el Alzheimer.
 
“Uno puede crear su propio estadio. Resulta muy agradable y bueno para nuestro cerebro crear nuestro propio imaginario”, detalló.
 
Cuidado con el fanatismo
Según el psicoanalista, no es lo mismo ser un hincha entusiasta, que ser un fanático del fútbol, pues el comportamiento en ambos casos es muy distinto.
 
En el fanatismo hay una cierta perturbación del criterio de la realidad.  Si el fanático ve que no consigue su objeto central, que es ganar,  empieza a ocurrir una serie de alteraciones tanto en su personalidad, como en su cuerpo”, dijo.
 
El fanático experimenta un aumento de la testosterona debido a los estados pasionales que genera un partido de fútbol. Si bien los niveles de testosterona han sido relacionados a una mejor función sexual, este incremento en un fanático sólo obedece a la cólera.
 
“El aumento excesivo de la testosterona también afecta a la próstata, provoca que se hinche  y aparezcan problemas prostáticos. En exceso, la testosterona también incrementa el riesgo de que una persona se vuelva violenta”, advirtió Maestre.
 
Sin embargo el fanatismo también puede conducir a otros problemas físicos más serios, como infartos al miocardio o derrames cerebrales, siendo el mayor grupo de riesgo las personas hipertensas o que tiene alguna malformación congénita en el organismo.
 
Finalmente, Maestre señaló que lo importante es no llegar al fanatismo desenfrenado -donde impera la violencia- pues la clave de todo hincha entusiasta, está en aceptar las derrotas y saber que es gratificante apoyar a nuestro equipo en las buenas y en las malas.

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