lunes, 23 de diciembre de 2013

Por: Nathalie Salazar
 
Diario Correo- Lima -  El cáncer testicular es un mal que va en aumento. Sin embargo, muchas personas que sufren esta enfermedad no acuden al médico ni reportan que tienen este problema. El jefe del departamento de Urología del Instituto Nacional de Enfermedades Neoplásicas (INEN), Carlos Morante Deza, informó que cada año se diagnostican más de cien nuevos casos.

Solo este año, 114 pacientes llegaron al hospital con un tumor en los testículos; muchos de ellos en estado grave. "No obstante, la vergüenza y falta de educación contribuyen a que el cáncer avance y en muchos casos se llegue a la muerte", señaló.

AUMENTO. Según el especialista, las cifras de esta enfermedad van creciendo porque existen muchos casos que se presentan en provincias y no se reportan (ver infografía).

Máximo Lazo, urólogo de la Clínica Urozen, afirmó que a diferencia de otros tipos de cáncer, el que afecta a los testículos es más frecuente en personas jóvenes.

Explicó que si un joven de entre 15 y 20 años presenta el descenso de cualquiera de estos órganos, es muy probable que pueda sufrir de cáncer a esa zona. Sin embargo, si se realiza una cirugía a temprana edad del paciente para colocar el testículo adecuadamente, se puede curar.

"Mientras más demora en bajar un testículo, el paciente va estar propenso a tener cáncer. Desde pequeños, los padres deben ayudar e incentivar a sus hijos a realizarse un autorreconocimiento del cuerpo y llevar el control adecuado con un urólogo o pediatra", refirió.

Señales. Uno de los aspectos más importantes para detectar la presencia de esta neoplasia, es la evaluación preventiva.

Las personas deben someterse a pruebas de sangre o suero sanguíneo para verificar si no tienen ninguna señal de la enfermedad.

Los pacientes con cáncer testicular muchas veces no sienten dolor, porque el mal se reproduce internamente. Una señal puede ser el aumento del tamaño del escroto.

"Es importante notar a tiempo las señales que da esta enfermedad. Muchas veces no sentimos dolor interno en ningún órgano, y cuando vamos a hacernos algún examen, nos damos cuenta de que tenemos cáncer", señaló Carlos Morante.

UN EJEMPLO. El médico contó que hace dos años ingresó al INEN un paciente que tenía un tumor de 20 centímetros en el testículo derecho.

"Dijo que no tenía ningún dolor abdominal, pero sí a los testículos. Lamentablemente, el tumor comprometió varios órganos y tuvimos que extraerle el bazo y la aorta. Luego le pusimos una prótesis. Con todo lo que hicimos, no se le pudo salvar ninguno de los testículos", afirmó.

A pesar del impacto sicológico que pueda tener para un hombre la extracción de uno de esos órganos genitales, la operación se tuvo que hacer para salvarle la vida, acotó.

Tratamiento y control. Cuando se diagnostica el tumor, el primer tratamiento -común a todos los pacientes- es la operación ambulatoria. Los galenos tratan de colocar el testículo dentro del escroto y eliminar las células cancerígenas que hubiera. La segunda etapa es la quimioterapia.

"Solo se extrae el testículo en casos de neoplasias muy avanzadas, por vía inguinal. Cuando esto ocurre, algunas personas quieren, por razones estéticas, una prótesis de silicona, que se coloca en la misma intervención quirúrgica", añadió Morante.

Según Máximo Lazo, diagnosticar un cáncer testicular, extraer ese órgano y completar el tratamiento para este mal, no equivale a haber vencido a esta neoplasia. "Hay que tener en cuenta que un paciente puede volver a tener esta enfermedad", manifestó el urólogo de la Clínica Urozen.

Tiene cura. Hasta hace algunos años, el futuro de un paciente con el diagnóstico de este tumor era incierto. La utilización de radioterapia y quimioterapia han ayudado eficientemente a enfrentar esta enfermedad", dijo Carlos Morante.

Manifestó que antes el cáncer testicular era responsable del 30% de las muertes en personas de entre 25 y 35 años.

Hoy la extracción del tumor es de más del 90%, cuando antes era del 64%, apuntó.

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