martes, 28 de enero de 2014

Contienen elevado nivel de vitaminas A,B, C y K
 
Alexandra Flores P. 
 
Diario El Popular.- En esta temporada de verano algunas de las frutas favoritas de grandes y chicos son el  dulce mango y la refrescante papaya. A continuación la nutricionista Jimena del Pozo, de Nutramed, nos explica sus múltiples ventajas y diversas opciones.
 
BENEFICIOSO PARA LA PIEL
 
El mango es una deliciosa fruta que posee una alta cantidad de hierro, proteínas y minerales como calcio, fibra, fósforo, sodio, potasio, yodo, zinc, magnesio y sodio.  
Gracias a su propiedades digestivas (magnesio y fibra) son un efectivo saciante para personas con sobrepeso y diabetes. 
 
Es además un poderoso antioxidante que previene el enjevecimiento ya que su alto contenido en vitamina A favorece la producción de colágeno (elemento que mejora la apariencia de la piel, atrasando la aparición de arrugas). 
 
También mejora el aspecto del cabello, la calidad de la visión y el sistema inmunitario. 
 
Su alto contenido de vitamina C ayuda a la absorción de hierro, por lo que es ideal combinarlo en jugos con cítricos como naranja o mandarina. 
 
DIGESTIVO Y DESINTOXICANTE
 
La papaya, debido a su alta cantidad de fibra, tiene un grandioso poder desintoxicante que ayuda a limpiar los intestinos y el colón (previene el cáncer de este último y reduce los problemas digestivos como las naúseas, inflamaciones estomacales, entre otros).
 
Esto gracias a su alto contenido de vitamina A, C y caroteno, complejo B y minerales como el potasio y magnesio. Combaten el estreñimiento al ser un laxante suave y agiliza la cicatrización de heridas.
 
Además posee una enzima (paraxonasa) responsable de evitar que el colesterol malo se oxide en el organismo, previniendo problemas cardiovasculares. 
 
CÓMO CONSUMIRLOS
 
Tanto a la papaya como al  mango los puedes incluir en el jugo de los desayunos, acompañado de tostadas junto a ensaladas cítricas o en el almuerzo, como postres o lonchera para los niños.
 
PARA TENER EN CUENTA
 
Al mango lo debemos consumir cuando la cáscara esté de color amarillo, no esperar a que se arrugue. Mientras que la papaya consúmela cuando la cáscara esté entre naranja y roja y suave al tacto. Siempre crudos para aprovechar sus nutrientes.

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