miércoles, 12 de marzo de 2014

Su aparición es común a partir de los 40 años, aunque se puede presentar a cualquier edad pero esto no es tan frecuente, incluso en recién nacidos.
Salud en Casa.- El Glaucoma es una enfermedad genética que se manifiesta con la alteración de la estructura del nervio óptico, incremento de la presión intraocular y posteriormente lleva a la ceguera cuando no es detectada a tiempo, indicó el doctor Dr. Walter Benítes, cirujano oftalmólogo del Centro Oculaser.
No arde ni pica. El glaucoma es una enfermedad ocular que avanza lentamente. Cuando la enfermedad está en un 90% o 95%, recién el paciente siente que pierde poco a poco la vista. Es una de las principales causas de ceguera en el mundo, solo superada por la catarata, según datos de la Organización Mundial de la Salud (OMS).
“El rango de edad común es a partir de los 40 años, aunque se puede presentar a cualquier edad pero esto no es tan frecuente, incluso en recién nacidos. Este es un mal silencioso porque no da síntomas, al comienzo la enfermedad no duele no arde no pica, cuando está en un 90% o 95% recién el paciente evidencia perdida del campo visual, es decir comienza a perder visión en la parte periférica”, indicó.
Según Walter Benitez  al interior de la cámara del globo ocular se halla un líquido que está en constante renovación. Cuando aumenta el líquido que entra o sale del globo ocular, ocasiona un aumento de la presión intraocular que puede dañar el nervio óptico y producir la pérdida de la visión. A medida que el nervio se va deteriorando, se incrementan puntos ciegos en el campo visual. Este proceso puede pasar desapercibido durante algún tiempo. Por ello, es recomendable hacerse un chequeo a tiempo, aun cuando no haya molestias. Una revisión cada cinco años después de cumplidos los 40 años.
“Se recomienda ir a revisiones periódicas para detectar a tiempo la enfermedad. El oftalmólogo realiza un examen completo, que incluye pruebas de medición visual, la presión intraocular y la tonometría, que sirve para medir la tensión del líquido que se encuentra en la cavidad ocular “.
De acuerdo al experto, existen otros factores de riesgo como la diabetes, la presión intraocular alta, miopía elevada, hipertensión arterial, haber sufrido un golpe o traumatismo en el ojo o recibir medicación con corticoides.
Tratamiento
Todos los tratamientos disponibles están dirigidos a reducir la presión al interior del ojo para evitar que continúe la pérdida de la visión. La mayoría de los pacientes pueden ser tratados solo mediante gotas, aunque en algunos casos es necesario recurrir a la cirugía.
“Recurrir a la cirugía implica tratar de reabrir canales para facilitar el fluir del líquido. Se trata de un procedimiento indoloro que puede llevarse a cabo mediante láser o bien por una cirugía convencional”, agregó.

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