viernes, 2 de mayo de 2014

Médicos peruanos y la OMS coinciden en afirmar que la medicina está perdiendo capacidad de tratar infecciones comunes por el aumento de la resistencia a los antibióticos en todas las regiones del mundo.
       
Roberto Ochoa B.

Diario La República.- Hace una década, en el marco de un congreso internacional de Infectología, la pediatra peruana Teresa Ochoa Woodel advirtió que “para el año 2010 ya no habrán antibióticos efectivos y tendremos que recetar raíces a nuestros pacientes”.

Su predicción se ha hecho realidad. La Organización Mundial de la Salud (OMS) acaba de encender la luz de alarma: “La expansión de súper bacterias mortales que resisten incluso a los antibióticos más potentes no es una predicción, sino una realidad en todo el mundo”, indicó el Dr. Keiji Fukuda, director de Seguridad Sanitaria de la OMS.

 Suena a pesadilla futurista, pero lo cierto es que las bacterias han mutado y son cada vez más resistentes a los medicamentos. Y todo por el excesivo uso de antibióticos.

 El estudio de la OMS fue presentado el miércoles en Ginebra y se basa en estadísticas de 114 países, entre ellos el Perú. “Aunque la cifras varían de región a región, la conclusión es que nuestra capacidad de tratar infecciones graves es cada vez menor en el mundo”, reconoció Fukuda.

 El experto confirmó que se ha extendido la resistencia a los antibióticos carbapenémicos, último recurso terapéutico para infecciones potencialmente mortales por "Klebsiella pneumoniae", bacteria intestinal común. Esa es una causa importante de infecciones que se contraen en medios hospitalarios, como la septicemia, y aquellas que padecen los recién nacidos y pacientes ingresados en unidades de cuidados intensivos (UCI).

 Esta situación también pone en riesgo los esfuerzos para controlar la transmisión de  la malaria, la tuberculosis y el sida, que afectan mucho más a los países pobres. También afecta a los pacientes vulnerables, en especial cuando sus sistemas inmunológicos están debilitados: los enfermos de cáncer que reciben quimioterapia, los recién nacidos prematuros, los niños desnutridos, los pacientes sometidos a cirugía, los enfermos de diabetes severa y quienes sufren deficiencia renal y reciben diálisis.

“Debemos enfocarlo como un tema de salud pública”, sostiene el Dr. Ciro Maguiña Vargas, experto en Infectología y vicerrector de Investigación de la Universidad Cayetano Heredia. Él afirma que todo empezó en los países ricos y ahora ya es un problema mundial, mucho más serio en los nuestros. “El manejo de los antibióticos no debe ser considerado como una simple receta de cocina”, sostiene el ex decano del Colegio Médico del Perú.

 Un caso notorio es el de la septicemia, reacción del organismo –en forma de infección–producto de la respuesta ante los microorganismos patógenos, y causada por nuestro propio sistema inmune. Es una de las patologías más frecuentes en la población neonatal. “La septicemia mata cada año a cinco millones de recién nacidos, el 95% en los países en desarrollo”, revela el galeno.

 Hace poco la clínica San Pablo estuvo involucrada en un sonado caso de muerte neonatal.
“Y eso que es una de las pocas clínicas en el Perú que cumple con tener un comité de vigilancia en su Unidad de Cuidados Intensivos. Imagínese qué pasa en los hospitales del interior del país”.
Campañas de educación

 ¿Qué hacer ante esta amenaza? Para el Dr. Maguiña, se necesita una campaña de educación en atención primaria. Es una labor educativa con las guías y manuales de la OMS, de la OPS y del propio Ministerio de Salud. Significa tener comités de vigilancia con farmacólogos, infectólogos y enfermeras que puedan chequear qué pasa en su unidad de cuidados intensivos. 

 Maguiña insiste en evitar la publicidad de antibióticos, antiinflamantes, antigripales y otros productos que desinforman y generan automedicación. “En la televisión vemos a Chemo del Solar, Natalia Málaga, Sofía Mulanovich y otras estrellas fomentando la automedicación. Esto no se ve en Chile, Uruguay ni Canadá, que son países donde ya se están aplicando medidas ante la ineficacia de los antibióticos”.

Pide que se apliquen estrictamente las medidas de bioseguridad. “Desde el lavado de manos hasta el dar de alta lo más pronto posible. En las UCI, los aparatos tienen que estar bien calibrados, bien monitoreados, porque un instrumento que permite respirar a un paciente en cuatro o cinco días se puede infectar, se coloniza de bichos”.❧

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