viernes, 11 de julio de 2014

Por: Mariela Luján
Diario Trome.- Primero es un grito, luego un jalón, un empujón, una cachetada y después, puñetes y patadas. La violencia es progresiva y si sigue soportando agresiones de su esposo, estas irán aumentando en intensidad y su vida podría estar en peligro. Estéfany Tenorio, directora del Centro de Capacitación y Psicoterapia Integral ‘Grupos dinámicos’, afirma que salir de un círculo de violencia física o verbal no es fácil, pero no significa que sea imposible.

“Lo primero que debe hacer la mujer es reconocer que soporta el maltrato, porque en el fondo cree que se lo merece. Tal vez vivió en un hogar violento y experimentó miedo y angustia de los que no puede desprenderse, ya que tiene una memoria inconsciente que hace que busque una pareja agresiva”, revela la psicóloga.

NO ES NORMAL
Recibir ofensas, burlas o golpes no es normal ni natural. Nada lo justifica, ni siquiera cuando supuestamente hizo algo para provocar la agresión. No tiene ningún motivo para volverse sumisa frente a la violencia. Si acepta y tolera que la griten o le tiren algún objeto así sea despacio, está abriendo la puerta a una agresión mayor que puede acabar con un feminicidio.
¡PÓNGALE UN ALTO!
Desde la primera muestra de agresividad, debe decir en forma clara que no va a permitir esa conducta; pero si ya está en el círculo de la violencia, empiece aceptando que es víctima de maltrato y pida ayuda. Puede ir a una comisaría a denunciar al agresor, al Ministerio de la Mujer o recurrir a algún familiar para que le dé refuerzo y apoyo. Trabaje su propio yo, esto implica aprender a quererse a sí misma y autovalorarse para poder rechazar cualquier tipo de violencia. Si deja que esta continúe, su hija de manera inconsciente podría repetir la historia cuando tenga pareja. No deje que la cadena continúe.

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