jueves, 14 de agosto de 2014

Un gran problema es el cuidado y tiempo de vida de los rellenos sanitarios, los cuales dependen mucho de la cantidad  de la población y de los residuos que producen

Salud en Casa.- La contaminación en Lima y Callao viene aumentando considerablemente debido a una falta de conciencia de la población y de algunas empresas al momento de deshacerse de sus residuos, influye también la falta de control de los municipios y la coordinación con  los mercados y centros que arrojan desechos orgánicos los cuales se pueden utilizar para producir abonos.


“En el caso del Callao podemos  constatar que las playas Márquez y del Asentamiento  Humano Victor Raúl Haya de la Torre, presentan alta concentración de coliformes y de basura marina, debido que los ríos Rímac y Chillón desembocan en sus costas con una gran concentración de contaminantes. Muchos pobladores se bañan en esas aguas, pudiendo padecer de enfermedades a la piel y gastrointestinales”, manifestó Arturo Alfaro Medina, presidente de la ONG Vida.

De acuerdo al ambientalista, en igual estado  se encuentran  las playas de La Perla que además de la basura que es arrojada por el mar, el oleaje es tan fuerte, que no son aptas para la población. Y por último está la playa Carpayo, que es la playa más contaminada del país por la gran cantidad de desperdicios y desmontes que llegan por el mar, afectando a la biodiversidad marina y a la población que no puede hacer uso de ella.

“Pero el problema de la basura marina en las playas es debido al arrojo de residuos industriales y domésticos en los ríos por los pobladores que viven en los alrededores, así como una falta de monitoreo de parte  de los municipios hacia  empresas y tricicleros que también botan sus desechos directamente al mar”, indicó.

Rellenos sanitarios
De acuerdo a Arturo Alfaro un gran problema es el cuidado y tiempo de vida de los rellenos sanitarios, los cuales dependen mucho de la cantidad  de la población, de la basura que origina cada persona y de la extensión del terreno donde está construido, pudiendo tener una vida útil de 20, 30 hasta 50 años según el diseño de cada instalación.

“Al cerrar un relleno sanitario, esa acumulación puede proporcionar metano, por la descomposición de materia orgánica, lo cual podrían generarnos energía, como lo hacen otros países de Europa que han instalado plantas térmicas y en algunos en Lima”. 

“No existen trabas burocráticas para la instalación de rellenos, ni problemas económicos. El financiamiento puede ser privado e incluso con el apoyo internacional. Los municipios solo deben encargarse de buscar los lugares adecuados. Falta voluntad política”, puntualizó”.

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