miércoles, 15 de octubre de 2014

El inicio de la enfermedad es muchas veces imperceptible porque no se observan con detenimiento los cambios conductuales de las personas que la padecen.
       
Diario La República.- Los numerosos casos de asesinatos de parejas, madres y sus pequeños hijos son un indicador de que los problemas de salud mental en nuestro país no solo van en aumento, sino también que carecemos de un plan de emergencia ante esta situación. 
 
“La esquizofrenia es una enfermedad mental que se caracteriza por una pérdida de contacto con la realidad. El paciente manifiesta ideas delirantes –persecución, daño, influencias extrañas– y trastornos de la percepción, como alucinaciones de tipo auditivo en las que oye voces amenazadoras o críticas”, manifiesta el doctor Víctor Alcázar, psiquiatra del Portal Salud en Casa. 
 
De acuerdo con el especialista, el origen de esta condición es multifactorial y debe   entenderse como la confluencia de varios factores: biológicos (herencia, transmisión genética familiar), ambientales (desnutrición y anemia materna e infantil), infecciones durante el embarazo, exposición a sustancias o agentes tóxicos,  entre otros. 
 
“El inicio de la enfermedad es muchas veces imperceptible, ya que no se observan con detenimiento los cambios conductuales de las personas que la padecen: retraimiento, autoaislamiento, progresivo descuido del arreglo personal e insomnio persistente. Como se presentan mayormente en jóvenes, estos pueden confundirse con síntomas depresivos o sencillamente son pasados por alto por los padres –con el argumento de que son problemas del “desarrollo juvenil”–, hasta que los adolescentes presentan conductas más llamativas, como dejar los estudios o tener comportamientos inadecuados y agresivos”, explica el especialista.  
 
Por ello, es importante la intervención temprana ante estos signos, pues un inicio de tratamiento precoz puede garantizar un buen pronóstico y la estabilización de los síntomas. Además, este debe ser integral, tanto farmacológico como psicoterapéutico, para el paciente y la familia. 
 
Según el doctor Alcázar, las personas más propensas son aquellas que presentan algún grado de vulnerabilidad genética (herencia familiar), por lo que es imprescindible conocer el árbol genealógico de la futura pareja. Si a esta vulnerabilidad le agregamos otros factores desencadenantes, como la depresión, el consumo de drogas, la violencia o estrés severo, entre otros, es probable que la enfermedad se manifieste. 
 
“De no tratarla adecuadamente y a tiempo, las consecuencias pueden ser graves y permanentes. Esta es una enfermedad progresiva, deteriorante, que lleva al paciente a un desgaste de sus funciones y capacidades mentales, las cuales pueden ser irreversibles y graves según el tiempo que pase sin tratamiento, produciendo en ella discapacidades permanentes que a su vez generan consecuencias disfuncionales en la familia y entorno social", concluye Alcázar.
 
Claves
 
Incremento. Según cifras del Ministerio de Salud (Minsa), el 2012 se registraron 500 mil atenciones por problemas de salud mental, mientras que el 2013 fueron computados más de 700 mil pacientes en de diversos nosocomios del país.  
 
Menores. Se calcula que aproximadamente el 20% de los niños y adolescentes del mundo tienen trastornos o problemas mentales. Son diversos los factores que pueden desencadenarlos. 

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