lunes, 20 de abril de 2015

Se trata del primer estudio en probar cómo estos alimentos son capaces de modificar el proceso en que los músculos del cuerpo procesan los nutrientes en un corto periodo de tiempo.

RPP Noticias.- Una investigación del Instituto Tecnológico de Virginia (Estados Unidos) ha demostrado que comer alimentos grasos durante cinco días consecutivos altera los músculos del cuerpo, pues estos cambian de forma para metabolizar los nutrientes de una alimentación rica en grasas.


“Mucha gente cree que puede permitirse comer alimentos ricos en grasas sin consecuencias pero tan solo cinco días son suficientes para que los músculos del cuerpo noten el cambio”, señala Matt Hulver, líder del estudio que se publica en la versión on line de la revista Obesity.

Hulver y sus colegas encontraron que la capacidad de los músculos para oxidar la glucosa en la sangre, después de las comidas, se interrumpe tras cinco días llevando una dieta rica en grasas. Esto provoca que el cuerpo no sea capaz de metabolizar la insulina, lo que supone un factor de riesgo para el desarrollo de la diabetes y otras enfermedades.

Metabolización de la glucosa

Los músculos son un centro importante de metabolización de la glucosa en el cuerpo (cuyas cantidades en la sangre se elevan al comer), donde se transforma en energía o es almacenada como reservas. Teniendo en cuenta que los músculos representan el 30% del peso del cuerpo, una alteración en el metabolismo puede tener consecuencias directas con el resto del cuerpo, explican los autores.

“Estos resultados muestran que nuestro cuerpo responde de forma dramática a los cambios en la dieta en un espacio de tiempo más corto de lo que habíamos previsto”, añade Hulver.

Para llegar a esta conclusión, un grupo de universitarios que normalmente tenían hábitos alimenticios saludables fue alimentado durante cinco días con una dieta rica en grasas. Cabe recordar que una dieta sana consta aproximádamente de un 30% de grasas, mientras que los participantes tuvieron una dieta compuesta por un 55% de grasas, aunque la ingesta calórica total siguió siendo igual que era antes de la prueba.

Tras el periodo de análisis (5 días), los investigadores recogieron muestras de músculo para ver cómo se había metabolizado la glucosa, encontrando que además de los cambios en el proceso de oxidación de la glucosa, el peso de los estudiantes seguía siendo el mismo.

Ahora, Hulver y el equipo de investigadores están interesados en examinar la forma en la que estas variaciones pueden afectar negativamente al cuerpo a largo plazo y en la rapidez con que estos cambios perjudiciales pueden revertirse después de consumir una dieta baja en grasas.

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