viernes, 1 de mayo de 2015

Diario Trome.- Seguramente desde el colegio la mala costumbre de ‘dejar las cosas para después’, cuando tienes la oportunidad de hacerlas, te ha quedado como un mal hábito en tu vida adulta.

Lo malo de posponerlas son esos efectos negativos que la acompañan: estrés, angustia, sensación continua de ‘tener que’, pérdida de credibilidad, tiempo y productividad. La buena noticia es que, como es un hábito, puede modificarse. 

Sigue estas sugerencias de Joseph Ferrari, experto en psicología de la Universidad de Chicago:
No le des muchas vueltas y actúa. Acostúmbrate a ponerte plazos. No entres en debates mentales internos que abran excusas, simplemente: ¡hazlo!
Empieza por lo más difícil. Reserva las primeras horas del día para esas tareas que te cuestan más. Está comprobado que las primeras horas, después de despertarnos, son las más productivas.
Elimina las distracciones. No dejes que te detengan y te desvíen de tu compromiso.
Prémiate. Conseguir metas está bien, pero regocijarte con ello es aún mejor.
Divide la tarea y los objetivos. Si la tarea que te toca es grande y compleja, divídela en partes y objetivos más pequeños, así te autoengañas diciéndote que lo acabarás en un momento.
Organiza tu tiempo. Establece límites, según tu tiempo y energía, y no te propongas metas que sabes que no podrás cumplir.

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