martes, 29 de noviembre de 2016

Estudio concluye que el alimento con menos calorías no necesariamente es el más conveniente para perder peso.

RPP Noticias.- Un reciente estudio publicado en la revista científica American Journal of Clinical Nutrition revela que los niños que consumen leche entera, es decir, aquella que conserva el contenido original de grasa (3.5%), en comparación con los que consumen leche descremada o baja en grasa (1 a 2%), registran un índice de masa corporal en 0,72 unidades menor. Esto puede representar algunos kilos de peso menos.

Al parecer este beneficio se da por el nivel de saciedad que genera la grasa de la leche entera en el niño en relación a la leche descremada, al sentirse más satisfecho controla mejor los horarios de alimentación, así como el estímulo de comer y dejar de comer disminuyendo la ingesta de más alimento con mayor contenido de calorías.

Es comparable con el efecto de la leche materna en relación al control de la ingesta, ésta es más grasosa hacia el final de la lactada de manera que aparecen los signos de saciedad en el infante dando fin a esa lactada. Este es un mecanismo de autorregulación de lo consumido.

Por otro lado, si bien la leche descremada o baja en grasas aporta menos calorías, al generar menos saciedad predispone al niño, sobre todo si manifiesta ansiedad por comer, a recibir más de otro alimento que si bien puede ser nutritivo, suele superar ampliamente la diferencia de calorías entre la leche descremada y la entera.

Un vaso de leche entera aporta 150 calorías.
Un vaso de leche semidescremada aporta 115 calorías.
Un vaso de leche descremada aporta 80 calorías.

Las 35 a 70 calorías que se ahorran con las versiones descremadas pueden ser superadas fácilmente con antojos que pida el niño para cubrir el apetito.

Un paquete de galleta de soda puede aportar 130 calorías.
Una golosina de chocolate puede aportar 185 calorías.

Dos vasos de leche al día es lo aconsejado. | Fuente: RPP | Fotógrafo: Getty Images
¿Cómo nos beneficia estos hallazgos?

Este estudio nos hace ver que frente a niños ansiosos o con exceso de peso, las estrategias para perder peso no deben basarse exclusivamente en la restricción de calorías, grasa o azúcares. Refleja que el alimento con menos calorías no necesariamente es el más conveniente para perder peso.

Establecer horarios de alimentación disciplinados y la combinación de alimentos saludables que ofrezcan un balance de nutrientes, donde incluso la grasa aporta beneficios, son claves para que la dieta en el niño sea exitosa. Esta debe ser elaborada por el experto en nutrición, quien al mismo tiempo debe orientar a los padres sobre cómo instaurar buenos hábitos de alimentación y estilos de vida saludable, como la actividad física.

¿Cuánta leche debe tomar?

Dos vasos de leche al día es lo aconsejado, cubre la mayor parte de la necesidad de calcio y ofrece buena vitamina D que justamente está en la grasa de este lácteo. Cantidades mayores a diario pueden desplazar la ingesta de otros alimentos cuyos nutrientes no están en la leche, además se ha observado que un exceso de lácteo podría alterar el buen funcionamiento del riñón favoreciendo el desarrollo de cálculos renales.

¿Es obligatoria la leche para perder peso?

No, pero es evidente que el nivel de saciedad que genera y sobre todo los nutrientes que aporta, puede ayudar al niño a tolerar mejor una dieta cuando éste tiene ya instaurado el hábito de tomar leche todos los días.

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