miércoles, 19 de abril de 2017

Objetivo cumplido. Las 22 mallas de acero instaladas en nueve quebradas de Chosica retuvieron 10 mil metros cúbicos de piedras y troncos arrastrados durante las recientes lluvias. A pesar de sus resultados, sufrieron el robo de algunas piezas.

Por : Maricarmen Chinchay

Diario La República.- Imagine la cancha del Estadio Nacional. Ahora imagine esta misma cancha pero llena de grandes rocas junto a palos, ramas y otros materiales con una altura de dos metros.
O también dos mil volquetes de 5 metros cúbicos cada uno cargados de grandes rocas. Pues bien, ese es el volumen que las 22 mallas de acero instaladas en nueve quebradas de Chosica han retenido durante la caída de múltiples huaicos, sobre todo en marzo, evitando que lleguen hacia la zona urbana.
Ha sido tal su eficacia que, según técnicos de la Autoridad Nacional del Agua (ANA), hay gobiernos regionales que han pedido su instalación en sus jurisdicciones. No obstante, el pedido recién se haría formal en los próximos meses.
Las mallas geodinámicas han cumplido su objetivo: impidieron que todo ese material descienda hacia las miles de viviendas asentadas en la parte media y baja de Chosica, evitando que nuevas víctimas se registren en el distrito y, por ende, que el total de fallecidos por el fuerte temporal de lluvias a causa de El Niño costero sea mayor a 113 (cifra del Centro de Operaciones de Emergencia Nacional-COEN).

¿cómo funcionaron?

Estas mallas fueron instaladas los dos primeros meses del 2016, cuando existía la probabilidad del desarrollo de un Niño intenso, el que finalmente no se consumó.
Traídas desde Suiza, están hechas de acero, tienen aproximadamente 4 metros y medio de alto y ejercen la función de contención, es decir, retienen todo el material que baja por una quebrada producto de un deslizamiento.
Fueron instaladas de forma escalonada, lo que permitió que las grandes rocas y el resto de materiales queden "atrapados" en ellas, reduciendo así la fuerza del huaico que desciende con mucha velocidad y puede generar serios daños a las viviendas y las personas, tal como ocurrió durante el periodo lluvioso del 2015.

Lecciones aprendidas


Esta tecnología ha sido aplicada por primera vez en el Perú y en Chosica se priorizó su instalación en nueve de las 45 quebradas más activas que tiene el distrito.
"Algunas fueron presa del vandalismo. Varios grilletes fueron robados. Ahora nos vemos en la necesidad de reponer esos accesorios y destinar presupuesto para eso", indica Wilfredo Echevarría, director de la Unidad Ejecutora de Modernización de Gestión de Recursos Hídricos de la ANA.
Ahora bien, todo sistema u obra necesita mantenimiento, y estas mallas no son la excepción. El material que han acumulado deberá ser retirado para seguir garantizando su eficacia. Solo en algunos casos la malla y el material quedarán allí a modo de dique fijo.
"Los pobladores piden que la limpieza se efectúe ya, pero tenemos que ser prudentes. Estamos esperando que la temporada de lluvias llegue completamente a su fin, porque por fuera aparentemente todo está seco, pero en el interior puede estar húmedo el material, puede haber lodo y significar ello riesgo para los operadores o para los pobladores si iniciamos esa limpieza", señala Echevarría.
La ANA sostiene que la Municipalidad de Chosica es la llamada a preparar a la población para la custodia y protección de estas mallas, y evitar que puedan ser vandalizadas. "Para esto se destinó dinero del Fondo de Contingencia, fue dinero de todos los peruanos", dice el funcionario.

Corresponde ahora hacer la evaluación

Manuel Benites
Ex Min. Agricultura

Entre enero y febrero del 2016 instalamos 22 mallas en 9 quebradas de Chosica para mitigar los riesgos existentes sobre la población, ante la alerta del fenómeno El Niño.
Se tuvieron que trasladar los materiales en helicóptero y a lomo de mula pero, además, se tuvo que lidiar con el escepticismo de muchos que no conocían la tecnología. Sin embargo, la alerta estaba dada y tomamos acción, más aún habiendo riesgo de vida para la población de Chosica.
Ahora las actuales autoridades deben evaluar si las mallas deben descolmatarse o van a quedar como diques fijos que atenúen las pendientes para los siguientes eventos.
Asimismo, se debe decidir si va a aumentarse su número en las mismas quebradas y en otras de iguales características.
Ciertamente, la tecnología ha funcionado y puede servir en la protección de infraestructura y población vulnerable en otros lugares con similares características y necesidades. Esta es una nueva oportunidad.

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