jueves, 12 de octubre de 2017

·       Los pacientes con hemofilia que no han sido diagnosticados y no reciben el tratamiento apropiado pueden presentar sangrados excesivos que deterioran gravemente las articulaciones.

·       La condición puede provocar desde rigidez, cojera y limitación de movimientos hasta la amputación de extremidades

Salud en Casa.- En el marco del Día Mundial de las Enfermedades Articulares que se conmemora este 12 de octubre, los especialistas advierten que miles de pacientes podrían quedar discapacitados, debido a complicaciones asociadas a la hemofilia, condición que afecta a alrededor de 3.000 peruanos, de los cuales sólo el 25% ha sido diagnosticado y recibe tratamiento[1].


Una persona con hemofilia presenta problemas de la coagulación, por lo que puede presentar sangrados en distintas partes del cuerpo como por ejemplo las articulaciones. Si las hemorragias son recurrentes y no se tratan de manera oportuna, pueden provocar inflación y atrofia de las articulaciones de las rodillas, los tobillos, los codos y la cadera. Esta afección se conoce como artropatía hemofílica y dificulta la realización de actividades tan cotidianas como caminar o subir escaleras.

De acuerdo con la Dra. Gloria Chumpitaz, miembro de la Sociedad Peruana de Hematología, los principales síntomas de esta afección son sensación de cosquilleo, cojera, rigidez y limitación de movimientos, y dolor en las áreas afectadas. “En la actualidad, los pacientes presentan menos daño articular porque tienen acceso a terapias que ayudan a prevenir los sangrados. Sin embargo, sin el tratamiento adecuado, el 50% de las personas con hemofilia podría sufrir alguna discapacidad y necesitar una cirugía de reemplazo e incluso la amputación del miembro comprometido”.




Para prevenir sangrados y lesiones de las articulaciones, la Federación Mundial de Hemofilia sugiere seguir las siguientes recomendaciones:

  • 1.      Llevar una dieta balanceada.
  • 2.      Hacer ejercicios controlados (evitar deportes de contacto) que fortalezcan los músculos y protejan las articulaciones.
  • 3.      Controlar el peso.
  • 4.      Realizar tratamiento preventivo (profilaxis).
  • 5.      Acudir al especialista ante cualquier síntoma.
  • 6.      Realizar terapia física, en caso de lesión.
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[1] Estimaciones realizadas por la Dra. Nancy Loayza, miembro de la Sociedad de Hematología, la Sociedad de Hemostasia y Trombosis y de la Sociedad de Hemoterapia y Banco de sangre. Miembro consultor de la Federación Mundial de Hemofilia

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