Especialistas coinciden en que no se puede hablar de un “perfil del asesino”, estos tienen características en común entre los que comenten estos actos.
RPP Noticias.- El caso de Shirley Silva Padilla trae nuevamente a la luz el debate sobre la salud mental en el país, una problemática que afecta a más de 4 millones de peruanos. El incremento del número de asesinatos en 2016, que registra una cifra cerca a los 2 mil 450 muertes violentas asociadas a hechos delictivos, nos lleva a visualizar la falta de una evaluación psicológica relacionado a trastornos en el sistema de salud.
Shirley Padilla, conocida como ‘La Gata’, llegó a las noticias policiales el último jueves luego de que confesara el asesinato de Freddy Marcas Elías, dueño de un chifa ubicado en San Juan de Lurigancho, tras negarse a pagar la cuenta del arroz chaufa que solicitó, porque “no había pollo”. Antes de este hecho, Silva disparó contra Alex Marticorena, un excompañero de clases, mientras este se agarraba a golpes con su acompañante, Francisco Alhuay. Pero, ¿qué lleva a una joven de 22 años a matar a alguien y disparar contra otras dos personas?
El psiquiatra Humberto Castillo explica que si bien no se puede hablar de un “perfil del asesino”, si se mencionan características en común entre los que comenten estos actos. “Estas personas actúan motivados por la envidia o la venganza. Suele pasar que tengan ese comportamiento por algo que les ha pasado antes, como violencia familiar, y eso solo detone en su mente el perfil de asesino”, comenta.
Para el especialista, estas personas se muestran intimidantes para cubrir su inseguridad. “La mujer del caso tenía una imagen dura que trataba de ocultar problemas de personalidad, como falta de manejo de situaciones de frustración y rechazo”, señala.
El fácil acceso a las armas puede ser un detonante para una conducta de violencia. En la confesión, Silva comenta que decidió llevarse la pistola que encontró en el cuarto del hostal en el que pasó la noche
“Estar en un medio que fomente las actitudes violentas, puede ser un detonante. Los modelos violentos en las redes sociales y en el cine, que intenta parecerse a un asesino en serie, porque identifica un tipo de parecido con ellos”, finaliza.
La falta de empatía y compasión pueden ser señales de alerta en personas que puedan desencadenar actitudes violentas.
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