lunes, 16 de abril de 2018

Especialistas reclaman descentralizar la atención y que se promueva la prevención desde la escuela.

Por :Mariella Sausa 


Peru21.pe.- Solia Sánchez Murillo sintió un bulto en su pecho dos años atrás, pero nunca pensó que se trataría de un cáncer. “Estaba ahí y no me molestaba, no dolía y no le hacía caso, hasta que de pronto empezó a crecer, se puso rojo como un tomate y, aunque me ponía llantén, me ardía mucho”, recuerda. Su cuñada, que ya había pasado por el cáncer de mama, reconoció los síntomas y casi obligó a Solia a buscar ayuda profesional. “Fui a la Liga Contra el Cáncer y me confirmaron que tenía cáncer de mama avanzado, en la etapa IV.

Entonces me quebranté, pensé que moriría y que el cáncer no tenía cura”. A sus 70 años, Solia tiene una energía desbordante. Quizá por eso, o por su inmensa fe, logró superar la enfermedad. Después de seis meses con 16 sesiones de quimioterapia y una mastectomía exitosa en el hospital Cayetano Heredia, su cuerpo logró combatir las células cancerosas y no fue necesaria la radioterapia.
Esta fue la mayor suerte de Solia, pues el hospital Cayetano Heredia, como muchos hospitales del país, no cuenta con servicio de radioterapia. Para los pacientes que necesitan dicho tratamiento en Lima y no están afiliados a Essalud ni pueden pagar una clínica privada, la única alternativa es recibir el tratamiento en el Instituto Nacional de Enfermedades Neoplásicas (INEN), el cual cada vez está más abarrotado. El 60% de los 12,000 pacientes que recibe este hospital viene de provincias porque en sus localidades no existen servicios integrales para tratar el mal.
Pese a que en el Perú el diagnóstico del cáncer ha mejorado y cada año se detectan 60,000 casos nuevos, la atención no ha mejorado. El oncólogo Mauricio León Rivera, director del Centro Detector del Cáncer, señaló que en el Perú hay muchas disparidades, pues “si un paciente se atiende en una clínica de Lima, tendrá acceso a un tratamiento similar al que podría obtener en los Estados Unidos, con medicamentos de calidad y tecnología de punta, pero a una hora de Lima, ya sea en Chilca o en Chosica, no hay nada: ni especialistas, ni máquinas o servicio de radioterapia. Lamentablemente, tenemos varias realidades en un solo país”.
Lo dicho por León Rivera tiene asidero. Hay zonas cercanas a Lima donde no llega la medicina oncológica y en regiones, como Cajamarca, no hay ningún mastólogo. Por eso, en pleno 2018, las mujeres que son diagnosticadas con cáncer de mama tienen que seguir viniendo a Lima para tratar su patología.

CÁNCER

MAL QUE CRECE
Carlos Carracedo, director médico de la clínica Aliada contra el cáncer, refirió que aunque el Estado está haciendo esfuerzos en este tema, impulsando la descentralización de los servicios oncológicos en el interior del país, así como la compra de medicamentos para pacientes de escasos recursos, los esfuerzos no son suficientes, pues los hospitales públicos concentran al 75% de los pacientes oncológicos. Además, la frecuencia del cáncer está aumentando. “El Perú está simulando la historia sanitaria de los países desarrollados y, al igual que ellos, registra menos infecciones, pero más casos de cáncer y enfermedades cardiovasculares”, anotó.
Mientras los casos aumentan, los decesos también. Hace diez años se registraban 12,000 muertes por cáncer al año y actualmente la cifra bordea los 40,000 casos. Gilmar Grisson, cirujano oncólogo de la Liga Contra el Cáncer, señaló que, pese a que cada vez hay más información sobre el cáncer, el 70% de los casos se sigue detectando en estadios avanzados, lo que repercute en menores probabilidades de curación, menor calidad de vida, mayor costo de tratamientos y una elevada mortalidad.

Cáncer

CON FUERZA Y Fe. Doña Solia tuvo un diagnóstico tardío, pero enfrenta el cáncer con esperanza. (RenzoSalazar/Perú21)
FALLA LA PREVENCIÓN
Aunque el 80% de los diversos tipos de cáncer se puede detectar de manera temprana, en el Perú esa práctica enfrenta muchas dificultades por la falta de estilos de vida saludables entre la población, pero principalmente por la falta de una cultura preventiva que sea promovida por el Estado.
Un ejemplo de ello es el Programa Nacional de Detección de Cáncer de Cuello Uterino. Pese a que el Estado promueve la vacunación de las niñas contra el virus de papiloma humano –el método más eficaz para prevenir la referida neoplasia–, la inmunización de la población objetivo solo alcanza al 50%, pese a que la vacunación es gratuita.
“Falta una mejor difusión. En toda Latinoamérica hay trabajo del Estado en el tema preventivo, con campañas nacionales y la difusión de la información por televisión, radio, carteles, etc., pero en Perú lo que hace el Estado es muy poco, falta mucho trabajo y eso podría evitar que las personas pasen por esa penosa situación”, indicó Grisson.
El oncólogo recordó que el gasto público en salud en el Perú es el 3.3% del PBI, por debajo del promedio de la región, que es de 4.57%, y del promedio de los países de la OCDE, que es 7.7%. Señaló que, debido a ello, la inversión en salud no es la que se necesita.
“Además del INEN, hay dos institutos regionales que funcionan a medias y uno en el centro que hace ocho años espera su inauguración. También hay unidades oncológicas en hospitales, pero la mayoría no cuenta con servicios de radioterapia y no hay una decisión política para mejorar y descentralizar la atención”, sostuvo.
Pero eso no es todo, un informe de The Economist sobre el acceso y desigualdad en el control del cáncer en América Latina refleja la dura realidad que viven las personas diagnosticadas con esta enfermedad en el Perú. Según dicho informe, la disponibilidad de radioterapia tiene una cobertura de apenas 66% de la población, en el Perú aún se usan medicinas antiguas debido a la lenta aprobación de medicinas de última generación.
Además, hay una escasez constante de medicamentos que afecta los tratamientos a largo plazo de algunos pacientes y a eso hay que agregar la falta de especialistas, que se concentran en Lima.Grisson señaló que, para revertir la situación, hace falta más inversión del Estado para implementar unidades de chequeos preventivos en todo el país y así diagnosticar las neoplasias precozmente, pero también involucrar al sector educación para enseñar desde niños en las escuelas los estilos de vida saludables.
Carracedo agregó que también hace falta que se adopten medidas para que los medicamentos y la tecnología para combatir al cáncer estén al alcance de todos los pacientes que lo requieren y para ello sugirió una alianza entre el sector público y privado, con la población organizada.

CÁNCER

DATOS: 
* Perú no tiene estadísticas actualizadas sobre cáncer, solo cuenta con un registro nacional hecho con cifras hospitalarias.
* La neoplasia más frecuente en el país es la de estómago, pero entre la población de hombres el cáncer de próstata ocupa el primer lugar y, entre las mujeres, el cáncer de útero y el de mama.
* Solo el 9% de los pacientes oncológicos peruanos tiene acceso a los servicios de salud privados con los tratamientos más modernos.
* El tratamiento del cáncer en una clínica privada puede costar entre US$250,000 y US$500,000 al año, pero en un hospital puede oscilar entre S/20,000 y S/50,000.
* Con un estilo de vida saludable se puede reducir hasta en 40% la probabilidad de desarrollar algún cáncer.


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