Salud en Casa.- Ante la presencia de un caso de la denominada ameba “come cerebro”, el Dr. Marco Antonio Montiel, infectólogo de SANNA Clínica San Borja, explica algunas preguntas que puedan surgir al respecto, para que las personas lo detecten a tiempo:
¿En qué situaciones existe más riesgo de contagiarse?
La presencia de este parásito no es muy frecuente. A nivel mundial se estima que apenas 1 de cada 10 mil personas podrían desarrollar este tipo de infección. El parásito suele habitar en agua empozada y afecta a las personas que tienen contacto con esta. El contagio no es de persona a persona.
En el caso de una persona inmunodeprimida, el riesgo es mayor. También se presenta más en niños y jóvenes, porque suelen bañarse en piscinas, estanques, pozas, entre otros, donde hay muy poco movimiento en las aguas y no hay circulación.
Cabe mencionar que el agua clorada no es garantía porque no es suficiente para eliminar estos parásitos. Es necesario que se sigan protocolos de limpieza estrictos, ya que a pesar de la cantidad de cloro o de sustancias para aclarar el agua no son garantía de que realmente esté limpia.
También pueden ser propensas las personas que usan lentes de contacto y que usan agua sin desinfectar para enjuagarlos, ya que el parásito puede ingresar a través del ojo. Incluso, también se puede presentar si la persona ha caminado o estado en contacto con el lodo.
¿Cuáles son los síntomas?
No es muy común que se presenten cuadros agudos de inmediato. El proceso puede demorar semanas en desarrollarse, desde el parásito ingresa al organismo hasta convertirse en algo complejo.
Al principio, alrededor de una semana, luego de que la persona es expuesta, puede presentarse como una rinosinusitis, como un cuadro gripal, con congestión nasal, dolor de cabeza y fiebre. Si el parásito ingresa a través del ojo, entonces se desarrolla una queratitis (inflamación de la córnea), vista roja, dolor ocular y si el paciente es revisado por el oftalmólogo, se le pueden encontrar úlceras.
Debido a los síntomas iniciales, es muy probable que el parásito pase desapercibido o se confunda con otras enfermedades. Muchas veces se diagnostica por descarte. Por ello, es muy importante que la persona indique al médico que ha estado en contacto con aguas estancadas o lodo para que haga un diagnóstico adecuado.
Si hay un desarrollo en el caso, se presentan síntomas como rigidez en el cuello, convulsiones, que muestran la gravedad de la situación.
¿Se puede sobrevivir? ¿Hay un daño neurológico importante?
Se ha mejorado en el tratamiento, sin embargo aún de las personas que se infectan, más del 50% puede agravarse. Antes era mortal. Por ello, mientras más precoz es el diagnostico, mejor se puede tratar.
Dependiendo del avance de la enfermedad, puede generarse daño neurológico, con secuelas que requerirán tratamiento y rehabilitación.
Es importante recordar que hay centros de investigación en Perú que pueden ayudar a la detección, que se encuentran en el Hospital Cayetano Heredia y en el Hospital Edgardo Rebagliati Martins.
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