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La “fasciola hepática” es la enfermedad que afecta a 2.4 millones de
personas en todo el mundo, de las cuales la mitad se encuentra entre Bolivia,
Ecuador y el Perú, donde causa daños que superan los US$50 millones.
Salud en Casa.- La fascioliasis o infección producida por el parásito fasciola
hepática afecta en el Perú a los ciudadanos de los sectores más pobres y
vulnerables de 18 regiones del Perú y en 21 regiones en casos de animales
contagiados.
Con daños que superan los US$50 millones por la muerte de animales
infectados y con una alta prevalencia de casos, especialmente en niños de
sectores menos favorecidos, la fascioliasis sigue siendo un problema de salud
pública en el Perú que no puede dejar de monitorearse de manera constante.
En el ciclo de vida de la fasciola hepatica, el ganado vacuno, ovino y
los seres humanos se pueden contaminar con este parásito al ingerir plantas
contaminadas o agua contaminada. El órgano más afectado es el hígado o las vías
biliares. Pudiendo ocasionar daños severos y la muerte.
Esta enfermedad afecta a 2.4 millones de personas en el mundo, de las
cuales la mitad está en Bolivia, Ecuador y Perú.
El único tratamiento que existe para esta enfermedad es un fármaco que
la compañía farmacéutica Novartis produce y dona desde el 2005 a la
Organización Mundial de la Salud y que esta pone a disposición de los pacientes
en Perú a través de un trabajo conjunto entre las autoridades de salud y la
Organización Panamericana de la Salud. Precisamente, en febrero último entró en
vigencia el Memorándum de Entendimiento suscrito entre ambas instituciones,
mediante el cual la empresa suiza donará hasta diciembre del 2022 un total de
600.000 comprimidos al año, que se espera que lleguen a 300.000 pacientes que lo necesiten. Desde el inicio del
programa se ha donado alrededor de 4 millones de comprimidos ayudando a tratar
a unos 2 millones de personas con fascioliasis en más de 30 países del mundo.
Si no es detectada y tratada a tiempo, la infección producida por la
fasciola hepática puede causar dolor y molestias considerables y mala calidad
de vida y pérdida de productividad. Su fase aguda se manifiesta con fiebre,
dolor abdominal, náuseas, diarrea y eosinofilia (incremento de un tipo de
leucocitos) y, por último, a una fase crónica u obstructiva de las vías
biliares. En niños, la fascioliasis produce fiebre alta, agrandamiento e
inflamación del hígado y anemia; en algunos casos hasta la muerte.
“Este programa hace parte de
varias iniciativas de largo plazo que demuestran el compromiso de la empresa
con la sociedad alrededor del mundo. Consolida la alianza entre los sectores
público y privado, permite ayudar a las comunidades más vulnerables del Perú,
que no están solas en su lucha contra la fasciola hepática. Tanto en el Perú
como en otras naciones está demostrado que el trabajo conjunto entre los
sectores público y privado es un paso indispensable para obtener mejores
resultados, y en el sector salud, que tanto necesita de soluciones, no es una
excepción”, María Cristina Álvarez, Presidente Novartis Región Andina.
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