domingo, 19 de mayo de 2019


  Enfermedad neurológica discapacitante no traumática más frecuente en adultos jóvenes.


Salud en Casa.- Más de 2,3 millones de personas padecen EM en todo el mundo y la mayoría de estas personas recibe un diagnóstico en edades comprendidas entre los 20 y 40 años. Según la Federación Internacional de Esclerosis Múltiple (EM), esta condición es uno de los trastornos neurológicos más frecuentes y una de las causas de discapacidad en adultos jóvenes.



La EM es una enfermedad autoinmune, crónica e inflamatoria que afecta al sistema nervioso central (SNC), específicamente a la mielina, una sustancia que forma la membrana que envuelve a las fibras nerviosas. Puede ser muy difícil de diagnosticar, ya que no existe una sola prueba que confirme la evaluación clínica y los síntomas (incluidos problemas de visión, locomoción y habla) varían considerablemente de una persona a otra.

Para Juan Carlos Guedes, médico neurólogo y director médico regional de Merck para Latinoamérica, esta condición es una patología muy variable que puede provocar múltiples síntomas, en función de la zona del cerebro y médula que se afecte. Al ser una enfermedad autoinmune su diagnóstico es muy complejo y sus síntomas muchas veces pasan desapercibidos con otras enfermedades, lo que hace que el paciente no tome en cuenta aquellas señales de alerta.

“Una vez diagnosticada la enfermedad es fundamental que el paciente visite al especialista para realizar un seguimiento y control desde su fase inicial, dependerá mucho el tipo de esclerosis múltiple para llevar un tratamiento personalizado. Actualmente existen terapias que permiten controlar la enfermedad durante 4 años con un máximo de 20 días de tratamiento oral, permitiendo al paciente vivir una vida normal con esclerosis múltiple”, señala el especialista.

Tratamientos:
Es importante estar alerta a los síntomas de esta enfermedad crónica ya que, si no se trata a tiempo, puede provocar graves daños en el organismo del paciente. Entre los más comunes se encuentran problemas oculares como visión borrosa o doble y pérdida rápida de la vista, así como músculos débiles y rígidos, a menudo acompañado de temblores musculares dolorosos, cosquilleo o entumecimiento de las extremidades superiores e inferiores, entre otros.

Además, aunque la esclerosis múltiple es una condición degenerativa y, hasta la fecha, incurable, se puede frenar su avance a través de un diagnóstico y tratamiento oportuno, el cual puede mejorar significativamente la calidad de vida de los pacientes.





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