sábado, 20 de julio de 2013

  • Entre un 47% y un 52% de las mujeres a nivel mundial sufre esta afección
  • Es la primera causa de dolor vaginal durante las relaciones sexuales
  • Los expertos recomiendan el uso frecuente de hidratantes y lubricantes

El Mundo.es.- La atrofia vaginal es una de las afecciones más comunes en mujeres durante la menopausia que conlleva un sinfín de síntomas que no hace más que tambalear su calidad de vida. Además, es la primera causa de dispareunia (dolor durante el coito) lo que puede acarrear más de un problema sexual, que lleva incluso, en determinadas ocasiones, a un rechazo absoluto de las relaciones.
La atrofia vaginal se trata de la pérdida del efecto de los estrógenos sobre la vagina y estas hormonas "son las responsables de mantener en buenas condiciones el epitelio de la vagina", comenta a ELMUNDO.es Lola Pérez Jaraíz, ginecóloga del Hospital Quirón San José. La mucosa vaginal se vuelve más fina y más seca y se "producen cambios en el equilibrio de la flora vaginal y en el pH que pueden predisponer a la aparición de infecciones vaginales y urinarias".
De este modo, mantiene la especialista, la atrofia vaginal, y en general la urogenital, es la causa más frecuente de dispareunia y cistitis de repetición en la mujer postmenopaúsica, que se produce de manera secundaria a la disminución hormonal.
Además, este trastorno "se considera una causa generadora de disfunciones sexuales globales, ya que el dolor evita la actividad sexual y acaba produciendo problemas de deseo, trastorno de excitación y anorgasmia de manera secundaria", explica la doctora Francisca Molero, directora del Instituto de Sexología de Barcelona y vicepresidenta de la Federación Española de Sexología (FESS).
La incidencia de esta patología oscila entre un 47% y un 52%, tanto en la población española como a nivel mundial, según informa Pérez Jaraíz, directora también del Instituto de Sexología de Barcelona.

Hidratantes y lubricantes

Los síntomas más claros que genera son: sequedad vaginal, ardor, picor y, en ocasiones, un aumento de la frecuencia de la micción y dolor al orinar.
En cuanto una mujer note alguno de estas alteraciones (las que suelen aparecer primero son la sequedad vaginal y las molestias en las relaciones sexuales), debe acudir inmediatamente al especialista.
"Muchas mujeres piensan que lo normal es tener molestias vaginales y que por tanto deben asumirlo como algo inevitable. Pero es muy importante que pregunten a su médico por los posibles tratamientos", comenta Pérez Jaraíz.
Actualmente, explica Molero, los tratamientos tienen el objetivo de mantener la vagina y el resto de los tejidos urogenitales en las mejores condiciones posibles. Así, actualmente, existen a nivel farmacológico hidratantes, que deben utilizarse varias veces por semana, y lubricantes, para usar en el momento de las relaciones para evitar el dolor. También se pueden emplear cremas con estrógenos para aplicar en la vagina, que reducen los efectos del déficit hormonal en la piel del área genital.
"Mantener una actividad sexual regularmente mejora la función vaginal preservando su elasticidad y previniendo el estrechamiento del introito vaginal", asegura Pérez Jaraiz. Por otro lado, si por diversas razones no se pueden mantener relaciones sexuales, la especialista recomienda el uso de dilatadores vaginales.
Es muy importante que se usen las cremas hidratantes vaginales que recomienda el ginecólogo. Toda mujer menopáusica que refiera problemas de sequedad o que se objetiven en la revisión ginecológica, advierte Molero, deben ser tratadas. "Si según vamos cumpliendo años vamos dándonos cada vez más cremas, ¿por qué nos las aplicamos en todo el cuerpo y evitamos la zona genital?", concluye Pérez Jaraíz.

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