lunes, 3 de febrero de 2014

Muchos engaños son perdonados por el temor de ver sufrir a los hijos, pero esto solo traerá graves consecuencias con el tiempo.
        
Suplemento Domingo.- La infidelidad no solo es un problema que viene aumentando entre las parejas, sino que en ocasiones es el detonante de golpizas y muertes. Según Eva Caballero Jiménez, psicoterapeuta del Portal “Salud en Casa”, estas situaciones se suscitan, entre otras razones, por un deterioro mantenido y sostenido de conductas inadecuadas.
 
“Muchos ni se dan cuenta, porque piensan que el vivir juntos o el casarse ya establece seguridad, lo cual no es cierto. Entran en la rutina y se dedican a trabajar, conseguir logros profesionales, si se tiene hijos con más razón, y todas estas circunstancias pueden hacer que la pareja se vaya alejando, olvidándose de ellos”, dice Caballero.
 
Según la especialista, la infidelidad se da tanto en hombres como en mujeres, lo que pasa es que en los varones se nota más porque necesitan que otros celebren este tipo de conductas. Así serán vistos como los conquistadores, los que saben cómo tener más mujeres, y esto se da por una cuestión de machismo. “La infidelidad femenina está menos expuesta por una cuestión social, porque si se expone igual que el hombre, las mujeres terminan siendo juzgadas y condenadas”, asegura la psicoterapeuta.  
 
Para identificar a una persona infiel –señala la especialista– hay que identificar conductas no habituales, como pérdida de interés en las relaciones sexuales, las cuales se hacen más esporádicas; gastos que no tienen una explicación muy clara y coherente con el día a día, o cuando empieza a contestar con evasivas, justificando nuevos horarios en el trabajo.
 
Así también maneras diferentes de contestar el celular, como apagarlo o no contestar. Si antes no le aburría lo cotidiano y lo usual en casa, ahora se fastidia casi por todo, los hijos, el desorden, la bulla, cualquier motivo será bueno para buscar un pretexto y salir de casa.
 
“Lamentablemente muchas infidelidades son perdonadas excusándose en los hijos, para que estos no sufran, pero esto es peor, porque lo único que lograrán con esta actitud es que el poder del infiel se acreciente. Los hijos irán internalizando la actitud de los padres y la asumirán como parte natural de la vida.
 
Llevar una vida irreal, pensando que la situación va a cambiar sin que se procesen los errores, hará que esto sea factible de repetirse. Con ello, la rabia y la ira se irán acumulando hasta que todo salga de control”, advierte Caballero.
 
Tenga en cuenta
 
La pareja no debe entrar en la rutina, y creer que porque ya se casaron o viven juntos la relación es segura. Sentarse a conversar y saber escuchar debe convertirse en una costumbre.
 
 

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