miércoles, 26 de febrero de 2014

Estar pendiente del WhatsApp, implica que a los jóvenes los desvíen de sus trabajos escolares y universitarios. Disminuye el sueño, volviéndose somnolientos.
Salud en Casa.- El último fin de semana los usuarios de los móviles sufrieron la caída del WhatsApp que provocó una serie tensión al no poder comunicarse, lo cual evidencia la dependencia de muchas personas a los celulares, lo cual se denominada Nomofobia.
“Este problema se debe a que el móvil lo hemos dejado ingresar a nuestros hogares y a nuestras vidas sin ningún reparo, y más aun  actualmente  las personas con el ir y venir de la vida tan acelerada, las reuniones familiares han disminuido, casi ya no se dan, igual  con nuestras amistades, el día a día de los padres y los hijos cada vez se torna más distante. Las otras razones que lo jóvenes argumentan es entretenimiento, búsqueda de información y un constante saber cómo y dónde se encuentran sus amistades”, indicó la licenciada Eva Caballero, psicoterapeuta del Portal Salud en Casa.
De acuerdo a la especialista, el WhatsApp, es una aplicación que nos da la información de lo que pasa con nuestras amistades, hasta de las que quizá  no conocemos , lo cual nos hace mantener pendientes y dependientes de ello donde el lenguaje explícito ha pasado a ser una formación de símbolos visuales como verbales.
Muchos en la actualidad hablan de dolores de cabeza, que sienten cansancio en los ojos, llevándolos a un agotamiento físico y nervioso. Estar pendiente del WhatsApp, implica que a los jóvenes los desvíen de sus trabajos escolares y universitarios. Disminuye el sueño, volviéndose somnolientos”.
Según Eva Caballero, las investigaciones sobre el uso y abuso de sus servicios ocurren en la corteza cerebral  donde se procesa las  imágenes tres veces más lentamente que las que emite una imagen en el Whats App, de tal manera que produce un efecto adictivo y hasta hipnótico esto hace que la persona sin darse cuenta termine con una dependencia que no la puede dejar y menos manejar.
“Si esta ya instalada como adicción como es el caso de la Nobofobia se tendrá que tener en cuenta la orientación y guía de un especialista. En situaciones menos grave, se debe inculcar sobre todo desde niños que hay otras actividades ajenas a este tipo de comunicación, que son más atractivas y fáciles de aprender como es el deporte, juegos, paseos, música etc. Desarrollar diálogos propios de la familia, conversaciones de padres a hijos. Retire los móviles a la hora de ir a dormir o que estos sean apagados.

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