domingo, 17 de mayo de 2015

Es importante conocer y difundir los diez signos de sospecha temprana de esta mal, para empezar el tratamiento adecuado.
Víctor Llacsa Saravia, 
Médico neurocirujano de la Clínica Maison de Santé

Suplemento Domingo.- La enfermedad de Parkinson es un trastorno degenerativo del sistema nervioso central que también desencadena alteraciones en la función cognitiva y en la expresión de las emociones. No es mortal por sí misma, pero genera complicaciones que son muy severas. Uno de sus principales síntomas es el temblor. A menudo comienza en una mano, aunque a veces afecta primero un pie o la mandíbula. Es más obvio cuando la mano está en reposo o cuando la persona está bajo estrés. Generalmente desaparece durante el sueño, o mejora con el movimiento.
 
Otro síntoma es la rigidez o resistencia al movimiento, debido a que los  músculos permanecen constantemente tensos y contraídos y la persona tiene dolor. También se da la bradicinesia o el retardo y pérdida del movimiento espontáneo y automático, que es particularmente frustrante debido a que puede hacer que las tareas simples sean difíciles. La inestabilidad postural o deterioro del equilibrio es otro factor a tener en cuenta.
 
La incidencia anual es de dieciocho nuevos casos por cada cien mil habitantes. El mal de Parkinson casi siempre se presenta generalmente en personas de más de 50 años. Es uno de los problemas del sistema nervioso más común en adultos mayores, y tiende a afectar con más frecuencia a los hombres. Se trata de un mal hereditario, que también puede presentarse en adultos jóvenes.
 
No existe una forma científicamente comprobada para anticipar ni prevenir el desarrollo de esta enfermedad, pero sí hay signos premonitorios: temblores tempranos, letra más pequeña que en el pasado, pérdida del olfato, problemas de sueño, dificultad al caminar o moverse, estreñimiento, voz baja, falta de expresión facial, mareos o desmayos, encorvamiento. Tampoco hay ninguna cura definitiva, pero el tratamiento con medicamentos puede ayudar a controlar los síntomas. Asimismo, está indicado el uso de terapias físicas. La cirugía es uno de los últimos recursos.

TENGA EN CUENTA
 
Todo es evolutivo. El paciente no debe desesperarse ni automedicarse, sino seguir las pautas médicas según cada caso específico.

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